Si alguna vez has sentido que la vida tiene algo más que lo que nuestros cinco sentidos perciben, o que hay un puzzle cósmico más grande en el que todos somos piezas olvidadas, entonces el nombre Corrado Malanga te va a sonar como música para el alma… literalmente.
Malanga no es un personaje cualquiera. Fue profesor de química orgánica en la Universidad de Pisa, sí, pero también es el tipo de científico que cruzó la frontera de los laboratorios hacia el terreno de lo inexplicable: la consciencia humana, las abducciones extraterrestres, y la profunda conexión entre el alma, la mente y el espíritu.
Lo interesante — y aquí es donde se pone bueno — es que Malanga no se quedó en el discurso. Él quiso probar, medir, y liberar. Y lo hizo con una herramienta tan poderosa como subestimada: la hipnosis regresiva. Con ella, entrevistó a decenas de personas que decían haber tenido contacto con inteligencias no humanas. Pero, a diferencia de otros ufólogos, su verdadero objetivo no era coleccionar historias espeluznantes, sino descubrir qué nos hace verdaderamente humanos… y cómo reconectar con esa parte olvidada de nosotros mismos.
¿Hipnosis para despertar el alma?
Sí, suena a ciencia ficción, pero para Malanga, la hipnosis era una especie de “microscopio del alma”. Gracias a ella, descubrió patrones repetitivos en la psique de sus pacientes, lo que lo llevó a formular una teoría revolucionaria: la tríada del ser. Según él, estamos compuestos por mente, espíritu y alma, tres componentes que normalmente no están en armonía.
Y aquí entra su gran aporte: reconectar esa tríada, no solo para sanar traumas o entender nuestras experiencias más allá de lo físico, sino para liberar a la consciencia humana de lo que él llama “interferencias externas”. Dichas interferencias podrían sonar a extraterrestres (y a veces lo son), pero también se refieren a condicionamientos sociales, mentales o energéticos que nos mantienen desconectados del verdadero ser.
Consciencia colectiva: más que una moda new age
Lo que realmente distingue a Corrado Malanga es que no se quedó en lo individual. Su visión apunta a una adquisición de consciencia colectiva, un despertar compartido que nos permita vivir desde el alma, y no desde el piloto automático. Para él, cuando cada persona reconecta con su ser esencial, esa vibración se expande —como ondas en el agua— generando un efecto dominó en la humanidad.
Es decir, tu despertar afecta al resto. No es solo un viaje personal, es un acto revolucionario. Y si te parece demasiado abstracto, él diseñó herramientas prácticas como el Simbolismo Triádico Flash, una técnica visual que ayuda a restablecer el orden entre alma, mente y espíritu… algo así como terapia energética 2.0, con estética de ciencia futurista.
¿Locura o genialidad?
Como todo visionario, Malanga divide opiniones. Para unos es un loco, para otros un pionero. Pero lo que es innegable es que su trabajo ha sembrado semillas en miles de personas que buscan comprender su existencia desde otro nivel, más allá del cuerpo, del ego o incluso de la Tierra.
Y si después de leer esto, sientes un pequeño “clic” en tu interior… tal vez no sea casualidad.
Tal vez, como decía Malanga, tu alma esté tratando de decirte: “¡Ya es hora de volver a casa!”
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